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Grado de discapacidad de los pacientes de los pabellones de crónicos (página 2)



Partes: 1, 2, 3

La rehabilitación psiquiátrica, trata
también de la relación entre persona y ambiente,
aunque por lo general es el ambiente social y no el físico
el que resulta importante. Con esto se tiene una
complicación más, dado que el ambiente social, por
lo general, es menos estable que el físico.

La influencia del ambiente tiene implicaciones
importantes con respecto al modo como se evalúa a la
persona. Es importante evitar la falacia de suponer que una
persona se comportará de la misma manera en todos los
ambientes. Pero incluso ahora, no se ha logrado captar del todo
lo que significa la evaluación psiquiátrica. El
punto fundamental es que hay una amplia gama de conductas humanas
que varían mucho de una situación a otra, y la
correlación entre como se comporta la gente en dos
situaciones diferentes es tan baja, que rara vez se pueden hacer
buenas predicciones sobre la conducta que se seguirá en
una, partiendo de la seguida en otra.

También es preciso evaluar en que grado
interactuará cada ambiente con dichas capacidades y
tendencias potenciales. Entre los diversos aspectos del entorno
que se necesita considerar, está si permite liberar las
capacidades y habilidades de la persona en cuestión; si
evita la exacerbación opresora de posibles disfunciones,
proporcionando la "protección" que se necesite; y si
otorga el apoyo suficiente como para que las funciones de la
persona sean las optimas (Bennet, 1978). Sólo cuando el
temperamento personal y las influencias ambientales se toman en
cuenta, es posible formular planes de rehabilitación
razonables.

1.2. ANTECEDENTES.

Desde los inicios de la humanidad las personas con
algún tipo de discapacidad, han sufrido por el hecho de
ser vistos como una carga para la sociedad. Con las enfermedades
mentales esto se agrava, debido a la forma en que se les ha
estigmatizado, pues se le ha tenido como una enfermedad
diabólica a veces, y como castigo divino otras,
representando una carga para la familia y la sociedad. Tomaremos
a manera de ejemplo, el desarrollo de la rehabilitación
psiquiátrica en Inglaterra.

Los antecedentes de la rehabilitación en
psiquiatría, al igual que en otros campos de la medicina,
presentan tres fases. Se ha comentado que en la primera fase poco
se hizo por las incapacidades, y que tal ineficiencia se
justifica afirmando que es poco lo que se puede hacer (Clarke,
1962). A lo largo de la historia, no solo los incapacitados por
algún trastorno psiquiátrico, sino los que tienen
alguna anomalía física "respecto de lo cual poco se
puede hacer o está solo remotamente relacionada con las
necesidades sociales mas generales, han sido sometidos
generalmente a una serie de crueles maltratos" (Strauss,
1966).

Los abusos en el pasado de pacientes con trastornos
psiquiátricos son bien conocidos. En lo que menos se
piensa es que tal abuso sucedió en nuestra propia
época, y que causo el exterminio de grandes multitudes de
personas con trastornos psiquiátricos en Alemania
(Dörner et al, 1980). El rechazo y el abuso generales,
aunque predominaban en la Europa del siglo XIX, se redujeron
posteriormente en Gran Bretaña, debido al auge del
movimiento evangelista y el fabianismo.

La preocupación moral y social de esos
movimientos, probablemente dio origen al inicio de la segunda
fase histórica en el enfoque de las incapacidades. En esta
fase, la persona incapacitada fue protegida, se aceptó su
vulnerabilidad y se le otorgó privilegios. Las
organizaciones caritativas y voluntarias proporcionaban
servicios, a menudo por motivos religiosos, con el deseo de
ayudar a seres desdichados como son los huérfanos, los
ciegos y los deformes. Algunas de esas actividades estaban
claramente dirigidas a combatir la indigencia, tanto de gente con
enfermedades mentales, como de otros grupos
incapacitados.

La distinción entre "pobreza e incapacidad era
confusa, salvo que a los pobres sin defectos físicos rara
vez se les consideraba como merecedores de ciertos derechos"
(Strauss, 1966).

Con mucha frecuencia, la protección era
proporcionada en alguna institución. Así, Dorothea
Dix, una maestra de escuela de Nueva Inglaterra, de recio
carácter, quedó tan horrorizada cuando vio las
condiciones en que se encontraban en asilos, cárceles y
manicomios los que sufrían trastornos mentales, que
decidió entregarse de por vida a lograr que recibieran
atención y trato humano en sanatorios construidos
especialmente para los dementes.

Hubo organizaciones de carácter reformista que
colocaron los cimientos de las obras de rehabilitación
posteriores. La abolición de las restricciones
físicas de Connolly, coincidió con un periodo de
trato moral cuyo objeto era "someter a los pacientes a
tratamientos hasta donde su condición lo permitiera, como
si gozaran aun del ejercicio sano de sus facultades
mentales… y hacer que sus condiciones fueran lo más
confortables posible" (Bockoven, 1963).

Ejemplo peculiar de este enfoque caritativo fue la
creación, en 1879, del Mental After Care
Association
(Asociación para la Atención
Psiquiatrica), del reverendo Henry Hawkin, capellán del
asilo de Middlesex, con Colney Hatch. Estaba convencido de que
era necesario "facilitar la reintegración a la vida social
de la pobre mujer convaleciente y carente de amigos que ha salido
de un hospital", facilitándoles un cambio de ambiente y de
aire, y ayudándoles a que consiguieran un empleo adecuado
(Hawkins, 1871).

De otra manera, el único recurso para tales
mujeres era el Poor Law Relief, (Auxilio de la Ley de
los Pobres), lo que significaba generalmente ser reinternadas en
los asilos. El liberalismo tipo laissez-faire de la
Poor Law, con su insistencia en la auto-ayuda y el
auto-desenvolvimiento, provoco el desaprovechamiento de los
hospitales psiquiátricos.

La razón de que se internara a las personas no
era la posibilidad de restablecerse, sino las molestias que
causaban, y allí se iban acumulando los pacientes
crónicos. Su número aumentó aun más a
medida que crecía la población y la gente emigraba
del campo a los centros urbanos. Hubo que agrandar los manicomios
y las condiciones en ellos empeoraron, de manera que en 1894 Weir
Mitchell exclamaba: "¡A fe mía, pienso que la vida
de manicomio es mortal para el loco!" (Mitchell,
1894).

Junto con el abandono venia la reforma y a veces, uno y
otra resultaban íntimamente relacionados. Así, Eva
Charlotte Reid, en 1914, escribía: "El trabajo puede
causar un gran deterioro o ser un recurso valioso de terapia para
el tratamiento de los trastornos mentales, según se
aplique científicamente o no". Reconocía que en las
instituciones "donde gran parte de los quehaceres son ejecutados
por los pacientes y cada uno ha de cumplir con cierta cantidad de
tarea, la tendencia es volver afanosos a los eficientes y
diligentes, y dejar en la completa vagancia a los que necesitan
ser instruidos, vigilados y manejados con tacto" (Reid,
1914).

Entretanto, ocurrían otros cambios que
llevarían con el tiempo a una mayor atención a los
incapacitados. Los Webbs, en su Minority Report a la
Royal Comission sobre la Ley de los Pobres, de 1909,
afirmaban que era responsabilidad del Estado proporcionar "una
mínima vida civilizada en la nación a todos, sin
importar sexo ni clase social". Esta manera de pensar, desde
luego conduciría con el tiempo a la abolición de la
Ley de los Pobres y a una distinción mas clara entre
pobreza e incapacidad (Webbs et al, 1909).

Esta situación persiste hasta 1950, aunque los
postulados siguieron válidos durante algunas
décadas más.

A consecuencia de la definición de la OMS de
discapacidad (restricción o falta de habilidad para
desarrollar una determinada actividad, producida por el deterioro
de alguna enfermedad o accidente),
se deben tener en cuenta
los siguientes aspectos para determinarla: hhabilidad
instrumental, habilidad cognitiva- motivación, autoestima
y ocasión para hacerlo. Por tal motivo, se creó la
escala WHO/DAS que es útil para evaluar el deterioro en
los campos antes citados y así establecer el grado de
discapacidad y el área específica afectada de cada
paciente.

Por tal razón, en la Era Moderna los estudios que
se han hecho sobre discapacidad se enmarcan en la
valoración del déficit en alguna o en varias
áreas que deben ser tenidas en cuenta a la hora de valorar
la severidad de la pérdida de desempeño social, las
áreas son 5, a saber:

  • Autocuidados (higiene personal, manejo de su
    entorno, hábitos de vida).

  • Autonomía (manejo del dinero,
    autonomía en el manejo de transportes,
    utilización del ocio y tiempo libre, dependencia
    económica y desempeño laboral).

  • Autocontrol (situaciones de estrés,
    competencia personal).

  • Relaciones Interpersonales (red social, manejo de
    situaciones sociales, déficit en habilidades
    sociales).

  • Ocio y tiempo libre (aislamiento, incapacidad de
    manejar el ocio, incapacidad de disfrutar, falta de
    motivación e interés).

En España en el año 1999 se
encontró que aproximadamente el 10% de la poblaron tenia
algún grado de deficiencias psíquicas y que la
probabilidad de tener una discapacidad aumenta con la edad, lo
cual puede deberse al hecho de que haber vivido más
años supone haber estado más tiempo expuesto a
riesgos que pueden haberse concretado en una discapacidad
(63).

En Uruguay en la Encuesta Nacional de Discapacidad
(INE-CNHD) (64) del año 2004 se encontró
que:

  • La prevalencia de la discapacidad alcanza al
    7.6%

  • El mayor porcentaje (36.6%) refiere a las
    dificultades motrices siguiéndole en orden de
    importancia le siguen la visión (ceguera o baja
    visión) 25%, discapacidad.

  • La quinta parte de la población con
    discapacidad de 14 años o más participa en el
    mercado de trabajo. Su tasa de actividad es muy baja en
    relación a la población sin discapacidad (19.6%
    contra 62.4%).

En el estudio Nacional de Salud Mental Colombia 2003 se
encontró que la discapacidad asociada con la enfermedad
mental es superior a la observada para las enfermedades
crónicas (65).

En México, de acuerdo con autoridades del
Ministerio de Salud, al menos 15 millones de personas padecen de
alguna enfermedad mental, representando esto alrededor del 15% de
la población (66).

En el Estudio sobre Prevalencia y Caracterización
de la Discapacidad en la República de Panamá (67)
se encontró:

  • Una tasa de Prevalencia de la Discapacidad es de
    11.3% y que las enfermedades mentales ocupaban el primer
    lugar en discapacidad 38%.

  • A medida que aumenta el nivel de instrucción
    disminuye el porcentaje de personas con discapacidad que
    alcanzan dicha educación.

  • Se demostró que son factores de riesgo para
    adquirir una discapacidad el vivir en área urbana para
    la discapacidad psiquiátrica e intelectual.

Situación en
Nicaragua

En el año 2003 se realizo la Encuesta
Nicaragüense para Personas con Discapacidad 2003 (ENDIS
2003) con la participación de la Universidad
Centroamérica (UCA), el Instituto Nacional de
Estadísticas y censos (INEC) y el Ministerio de Salud
(MINSA), con la ayuda financiera de la comunidad internacional.
Tal estudio no discriminó entre discapacidad por
enfermedad y discapacidad por salud mental. Dentro de los temas
investigados estaban:

Tipo y gravedad de la discapacidad:

  • La persona puede tener limitaciones de diferentes
    tipos, a nivel del funcionamiento de su cuerpo o en su
    actividad y participación familiar, escolar, laboral
    social.

  • Causas.

  • Gravedad: escasa, media, grande, muy grande,
    total.

En esta encuesta se obtuvieron los
siguientes resultados:

Prevalencia:

10,25% a nivel nacional (461.000 personas
con discapacidad).

10,48% a nivel urbano (278.000 personas con
discapacidad).

10,07% a nivel rural (184.000 personas con
discapacidad).

Sexo:

  • Hombres 9,13%

  • Mujeres 11,31%

Gravedad:

  • De las personas con discapacidad, 68%
    padecían una gravedad alta o completa.

  • Entre 22% y 30% de las personas con discapacidad,
    tienen problemas de autocuidado.

  • 1 de cada 2 personas con discapacidad tiene
    problemas para realizar tareas domésticas y participar
    en la sociedad, relacionarse con los demás o realizar
    actividades en su centro de trabajo o estudio
    (68).

Causas:

Nacimiento

9,0

Enfermedades infecciosas

4,0

Enfermedad laboral

l 3,4

Otras enfermedades o
vejez

67,0

Accidentes de vehículos

2,3

Otras enfermedades

0,6

Caídas

5,1

Exposición al humo o al fuego

0,2

Envenenamiento

0,2

Otros accidentes

3,8

Agresión de otra
persona

1.8

Acciones de guerra

2.2

Desastres naturales

0.2

Minas antipersonales

0.1

Otras

0.1

Total

100

Características
generales:

  • De las personas con discapacidades, 45% no tienen
    instrucción.

  • La asistencia escolar de personas discapacitadas de
    6 a 29 años es de 46%.

  • La tasa de actividad es de 37% (realizan alguna
    actividad laboral).

  • 34% de las personas con discapacidades perciben
    algún ingreso; 25% en concepto de trabajo y 6% en
    concepto de pensión.

En el Hospital Docente de Atención Psicosocial de
Managua, en el 2007 se realizó un diagnostico sobre el
grado de discapacidad de los pacientes de las salas de agudos, el
cual reporta la predominancia del grupo etáreo comprendido
entre los 30 a los 39 años (55.8 %), siendo la
mayoría de los pacientes provenientes del área
urbana.

En dicho estudio se demostró que para las cuatro
áreas del funcionamiento evaluadas según la escala
WHO/DAS se encontró 4 de cada 5 pacientes con algún
tipo de discapacidad (Porras, G. 2007).

No existe un estudio similar al de Porras, aunque el
mismo tiene la limitante de haber sido dirigido únicamente
a los usuarios de los pabellones de agudos con edades entre los
18 y los 60 años y con la presencia de familiares que
completaran datos relativos al caso.

1.3. JUSTIFICACION.

El presente estudio monográfico surge de la
necesidad de elaborar en nuestra Unidad docente asistencial, un
adecuado plan de rehabilitación dirigido a los pacientes
institucionalizados. En un primer momento se identificó
las causas socioculturales que dificultaban la realización
del mismo (Noguera Navas, 2007), para proceder luego a elaborar
el diagnostico de la situación actual en los pacientes
crónicos, ya que el de los pacientes de las salas de
agudos ya ha sido levantado (Porras, G. 2007).

En la consulta diaria, se hizo evidente que existe un
porcentaje importante de pacientes en las Salas de agudos que
terminan por cronificarse en el centro, es decir que reingresan
una y otra vez a nuestra Unidad, condición que empeora en
la medida que los familiares concluyen que no son sino una carga,
ya que no son de ninguna utilidad en la economía familiar
(Tomado de la experiencia personal en el Hospital José
Dolores Fletes Valle. Noguera-Navas, 2007).

Porras en el 2007 concluyó que el 80% de los
usuarios de las salas de agudos entrevistados presentaban ya
algún tipo de discapacidad, misma que probablemente
empeorará con la cronificación. He ahí la
importancia de completar el estudio de Porras 2007 con el
diagnostico de las salas de crónicos.

Una vez realizado el diagnostico, se podrá
proceder a la tercera fase del Plan Maestro emprendido en el 2007
por la Dirección General y la Sub Dirección
Docente, consistente en la elaboración de un Protocolo
para el Programa de Rehabilitación Psiquiátrica
para los Usuarios del Hospital Docente de Atención Psico
Social.

1.4. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

En muy pocas instituciones de salud mental de
Latinoamérica se cuenta con un adecuado programa de
rehabilitación para la correcta reinserción del
paciente dentro de la sociedad, según sus capacidades
individuales, para fortalecer el rol de la familia como
instrumento de recuperación y evitar o disminuir el
hospitalismo y la cronificación de los pacientes
(7).

El Hospital Docente de Atención Psico Social "Dr.
José Dolores Fletes Valle", es una Unidad única en
su clase en la República de Nicaragua, y no cuenta con un
Programa de Rehabilitación psiquiátrica, lo cual me
motivó a la realización de este estudio mediante el
planteamiento de la siguiente interrogante:

"¿Cuál es el grado de discapacidad de los
pacientes de los pabellones de larga estancia del Hospital
Docente de Atención Psico Social "Dr. José Dolores
Fletes Valle" medido en el período Octubre Noviembre del
año 2008?"

1.5. OBJETIVOS

A. OBJETIVO GENERAL:

Establecer el Grado de Discapacidad que presentan los
Pacientes de los Pabellones de Crónicos ingresados en el
Hospital Docente de Atención Psicosocial "Dr. José
Dolores Fletes Valle", medido en el período Octubre a
Noviembre del año 2008.

B. OBJETIVOS ESPECIFICOS:

  • 1. Caracterizar socio-demográficamente a
    la Población en estudio.

  • 2. Valorar el grado de discapacidad que
    presentan los pacientes de los pabellones de crónicos
    ingresados en el Hospital Docente de Atención
    Psicosocial "Dr. José Dolores Fletes Valle", medido en
    el período Octubre a Noviembre del año
    2008.

  • 3. Verificar la aplicación de
    algún tipo de terapia de rehabilitación a los
    pacientes de los pabellones de crónicos.

1.6. MARCO TEORICO.

Parece que del hospital psiquiátrico ya nada
más se pueda decir, que todo esté ya dicho, que
cada uno sepa ya todo lo que al respecto se pueda decir. Una
convicción tan difusa, hace así que no se pueda
hablar del manicomio sin ser escuchado con un cierto fastidio,
como si se quisiese introducir en el discurso una figura
retórica, un pleonasmo o incluso una hipérbole
[…]. (1).

[Pero] no es posible hablar de Rehabilitación en
psiquiatría sin tener en cuenta el hospital
psiquiátrico, que no es ni pleonasmo ni hipérbole
sino espacio vigente de reproducción de la enfermedad y de
la psiquiatría. (1).

[…] No solo, pero el hospital psiquiátrico es
también el lugar donde más lúcida y real ha
sido la construcción de sus alternativas, y la
invención de la práctica rehabilitadora. (Benedetto
Sarraceno, 1995) (1).

[El orden manicomial] tiene simplemente la
función de ordenar el desorden del loco pero
también del "mísero", del prisionero). Tal orden se
legitima y se auto-reproduce; la psiquiatría es
[también] este orden, esta legitimación y esta
auto-reproducción. La institución manicomial no es
más que el espacio, el tiempo, el conjunto de normas y de
ritos que contienen naturalmente ese orden.

La función ordenante tiene en sí la
complejidad y la ambigüedad del orden del amo ["padrone"] a
la vez que del padre. […] y es crucial incluir ese aspecto de
protección, es decir de servicio, que coexiste con la
vocación del amo que regula la vida de los
esclavos.

Esa dualidad caracteriza la psiquiatría y el
manicomio no es más que la expresión física
de la dualidad paterna y patronal de una supuesta ciencia que es
en el fondo ideología. […] He ahí porqué
la ruptura de la segregación manicomial iniciada en
Gorizia en 1964 por Franco Basaglia no significa tanto una
humanización del espacio inhumano cuanto la
interrupción de la connivencia entre técnicos e
ideología […].

Luego la verdadera duplicidad no está dentro de
la pareja "padre / amo" sino entre esta y la pareja hermano /
ciudadano". […]; la función protectora y dominante de la
relación paterna es substituida por la función
solidaria y de cooperación en la construcción de la
ciudadanía que caracteriza las relaciones de fraternidad y
complicidad, para compartir la vida ciudadana [civitas].
(Benedeto Saraceno, 1995) (1)2.

Las instituciones asilares han sido durante un largo
periodo histórico (y siguen siendo en muchos
países) el elemento clave de la estructura de
atención a personas con problemas de salud mental,
precisamente aquel que le daba identidad ante la
población, prestaba atención a un volumen
importante de personas y constituía la base para la
formación y el ejercicio profesional de un número
también considerable de profesionales (1,3-7).

Por eso es importante, a la hora de analizar lo sucedido
con los Hospitales Psiquiátricos en nuestro país,
situarlos en el marco de un análisis más general
que intente delimitar histórica y conceptualmente el papel
de las instituciones asilares en la evolución de la
atención a la salud mental y, en concreto, en los procesos
de cambio o reforma hacia sistemas de atención
comunitaria. Y para ello, resulta imprescindible la relectura
crítica de algunos textos "clásicos", dentro de la
abundante y a menudo "olvidada" literatura generada sobre el tema
en los últimos cuarenta años (1, 3,6).

En conjunto, básicamente, creemos útil
contemplar dos aspectos o perspectivas complementarias: la del
papel negativo del Hospital Psiquiátrico como mecanismo
básico para la gestión social de la enfermedad
mental durante un amplio periodo histórico (con sus
consecuencias individuales, profesionales y sociales, que no
siempre desaparecen con él) y, por contraposición,
el papel positivo que, en determinados contextos, jugaron algunas
experiencias de desinstitucionalización en el desarrollo
de planteamientos y prácticas comunitarias. Para
comprender esto se debe citar a los clásicos, ya
mencionados en los párrafos previos.

El Hospital psiquiátrico y la gestión
social de la enfermedad mental.

Lo que está en tela de juicio no es tanto el que
la medicina mental cumpla mal su mandato terapéutico, como
el hecho de que lo que cumpla sea otro mandato distinto al
médico. En efecto, existe una contradicción
flagrante entre las incertidumbres del saber médico que
los psiquiatras, por lo general reconocen, y el dogmatismo del
funcionamiento de la psiquiatría. Ello se debe a que
mediante sus refinamientos nosográficos –por
ejemplo- aplica sobre ciertas categorías de la
población unos esquemas sociales, groseros pero eficaces,
de exclusión. (2).

[…] Disponiendo absolutamente del enfermo, la
psiquiatría podría, tal como Goffman había
previsto, "descubrir un crimen que sea adaptado al castigo" y
reconstruir la naturaleza del recluso para adaptarla a este
crimen. De hecho, "esta ciencia cuyo resultado paradójico
ha sido la invención de un enfermo adecuado a los
parámetros inventados para curarle" (Basaglia), no
consigue, más que secundariamente, rehabilitar a los
sujetos que se le confían, pero si consigue perfectamente
neutralizarlos, justificando, mediante racionalizaciones
científicas, la necesidad de esta vigilancia, consecuencia
de una exclusión social en cuyo instrumento dicha ciencia
se convierte. (Robert Castel, 1971) (2)

Rehabilitación en Hospital
Psiquiátrico.

Revisemos previamente algunos elementos relativos a la
rehabilitación.

"Institución total": hábitos y rutinas
centradas en el ritmo de la institución.

Aislamiento y marginación con disminución
de los soportes sociales.

Re-socialización secundaria.

El tiempo juega en contra.

Institución:

Tiene que ser terapéutica en todos los
niveles.

Todas sus actividades deben estar "justificadas" en
términos de rehabilitación.

Objetivos de la rehabilitación para pacientes
de larga estancia:

Usos normativos de convivencia más
básicos.

Estimular toma de decisiones.

Estimular modos de comunicación.

Potenciar la autoestima.

Algunas características:

Evaluación muy accesible y amplia.

Mayor flexibilidad e intensidad de los
programas.

Mejor accesibilidad.

Condiciones fundamentales.

Programación de las actividades que responda a
las necesidades y posibilidades

Replanteamiento de los papeles de personal sanitario y
de ingresados.

Establecer pequeños grupos y
tutorías.

Trabajar con las familias como soporte.

Disponibilidad de la institución al
cambio.

Tener claro el papel de la rehabilitación y su
finalidad.

Disponibilidad del personal asistencial.

Y establecer con el exterior las condiciones para la
continuidad asistencial.

Objetivo de la Rehabilitación
Psico-social.

Ayudar a las personas que sufren enfermedades mentales
graves y crónicas para que desarrollen las habilidades
emocionales, sociales e intelectuales necesarias para poder
vivir, aprender y trabajar en el contexto comunitario, con el
menor apoyo posible por parte de los profesionales de distintas
áreas (Anthony).

Plantear unos objetivos progresivos y
priorizados.

Es un proceso.

La autonomía es la finalidad en el grado
máximo que se pueda.

Interviene sobre el individuo y sobre su
entorno.

Intenta disminuir los déficit pero también
potenciar las capacidades.

Tienen en cuenta la opinión del paciente y de su
entorno.

Pero no se debe separar rehabilitación de
tratamiento (Liberman, 2006).

Objetivos asistenciales de los diferentes recursos
implicados.

El conjunto de las actividades asistenciales, han de
dirigirse de forma individualizada hacia la mejoría de la
calidad de vida del sujeto, en su proyecto vital y en su contexto
comunitario. La atención al enfermo mental grave ha de ser
interdisciplinario y ha de contemplar al enfermo, a su entorno
inmediato y al medio social para cumplir sus objetivos de
integración social. No es la deficiencia lo que primero y
lo que principalmente limita la participación de las
personas en la sociedad, sino la manera en que la sociedad
está organizada.

El objetivo principal de todos los programas de
rehabilitación tiene que ser la igualdad de oportunidades
para todas las personas en desventaja (OMS, 2001).

Enfermedad mental crónica.

Cronicidad: concepto asociado a tiempo, a
determinadas enfermedades y a deterioro progresivo, capacidades
funcionales necesarias para la vida diaria. La enfermedad mental
crónica se caracteriza, en general, por un curso largo con
recidivas periódicas y a veces deterioro progresivo. La
enfermedad mental crónica cursa con un deterioro que se
evidencia través de diversas discapacidades, y
éstas se refieren fundamentalmente a la pérdida de
habilidades para el desempeño adecuado de los roles
sociales (7).

Expresión de la cronicidad.

El paciente hospitalizado de largo recorrido.

Pacientes crónicos externalizados.

Pacientes crónicos de servicios
ambulatorios.

Pacientes crónicos adultos
jóvenes.

La cronicidad tiene mucho que ver con problemas de
adaptación social, y por ello los recursos
psicológicos individuales y las habilidades son tan
importantes como su estado clínico (Liberman, 1988). La
rehabilitación es necesaria, en diferente medida, en todos
los pacientes que sufren enfermedades mentales graves (Rossler,
2006).

Patología: lesión o anormalidad causada
por los agentes etiológicos.

Deterioro: efecto producido por la
patología.

Discapacidad: falta de habilidades para desarrollar una
actividad producidas por el deterioro.

Minusvalía: desventaja para el desempeño
de un "rol" normal, ya sea por las discapacidades o por la falta
de ambientes favorables.

La rehabilitación no es una técnica, es
una estrategia en el lugar de encuentro del individuo, su red
interpersonal y el contexto social (Barbato, 2006). El blanco es
la discapacidad funcional, no la cronicidad. También debe
considerar los factores de riesgo psico-sociales. El objetivo
último es la reinserción social.

La rehabilitación psico-social ha supuesto un
cambio en el pronóstico de la enfermedad mental y en la
mejoría de la calidad de vida del enfermo mental. Ha
supuesto el reconocimiento de la necesidad de equipos
inter-disciplinares. Ha supuesto la necesidad de una
intervención en ámbitos variados y en estrategias
individualizadas. Ha supuesto la necesidad de un compromiso
social en la atención al enfermo mental.

Estrategias de intervención. (Rossler,
2006).

En el individuo: desarrollar capacidades que posibiliten
su interacción con un ambiente estresante. En el ambiente
(ecológica) desarrollar recursos ambientales que reduzcan
los factores estresantes.

Rehabilitación Psico-social.

A. Habilidades.

B Familia.

C. Comunidad.

Reinserción social.

A. Recursos socio-sanitarios.

B. Recursos residenciales.

C. Itinerarios laborales

Los profesionales hemos de disponer correctamente
algunas de las cosas que están a nuestro alcance, para
facilitarles la tarea de recuperarse de la enfermedad (Anthony,
1993).

Evaluación.

Es individualizada.

No es diagnóstica.

Es cambiante y abierta.

Ha de incorporar el entorno.

Ha de estar centrada en las discapacidades, pero no
sólo.

Ha de incluir la perspectiva del usuario.

Objetivos evaluación.

Valorar las capacidades y los déficit para poder
planificar (PIR) las intervenciones rehabilitadoras necesarias y
su temporalización.

Áreas a evaluar.

  • Datos clínico-biográficos: inicio,
    ingresos, medicación, conductas problema,
    etc.

  • Consumo de drogas.

  • Medio familiar: red familiar, dinámica
    familia, actitud ante la enfermedad y ante el enfermo,
    posibilidad colaboración, capacidad económica,
    etc.

  • Actitud ante la enfermedad y la medicación:
    conciencia de enfermedad y posibilidades, manejo
    medicación, etc.

  • Factores de riesgo: los precipitantes.

  • Factores protectores: los protectores.

  • Pródromos: lo precedente a las crisis y
    actuación.

  • Autonomía: higiene, vestido, sueño,
    manejo de dinero.

  • Prerrequisitos: cognición, psico-motricidad,
    etc.

  • Habilidades sociales: conversación, pedir
    ayuda, resolver problemas y tomar decisiones, realizar
    contactos, etc.

  • Red social: amigos, entidades,
    vínculos.

  • Nivel socio-cultural.

  • Historia laboral.

  • Tipo vínculo personal sanitario: contacto,
    actitud, colaboración, etc.

Escalas.

  • Actividades de la vida diaria: Barthel,
    BELS.

  • Escala global de funcionamiento básico:
    HoNOS.

  • Nivel Conversacional: Cuevas.

  • Ajuste y adaptación social: GAF.

  • Carga familiar: SBAS.

  • Calidad de Vida: WHOQOL.

  • Cognición: Minimental, GEOPT.

  • Pacientes de larga estancia: REHAB.

  • Discapacidad: WHO/DAS.

PIR.

Plan de objetivos rehabilitadores que orienten las
intervenciones a realizar.

Centrado en la persona evaluada.

Ha de incorporar las propuestas del enfermo y ser
consensuado; también con la familia si es
presente.

Sistematizado pero flexible, secuencial y de complejidad
creciente.

Funcional y evaluable.

Factibilidad dentro del contexto del paciente, de su
entorno y de la oferta asistencial existente.

Proyecto creativo, vivo, optimista e
ilusorio.

Objetivos del PIR.

Generales: amplios, genéricos, apuntan a la
finalidad.

Específicos: concretos, remiten a los generales,
evaluables, a partir de ellos se elaboran propuestas de
intervención.

Criterios de prioridad.

Urgencia para conseguir el objetivo.

Motivación.

Facilidad para conseguirlo.

Concurrencia con otros objetivos.

Revalorar cada tres meses:

Reconsiderar la adecuación de los objetivos
propuestos.

Especificar las dificultades.

Plantear nuevos objetivos.

Consensuarlos con el paciente y con la
familia.

Técnicas.

Nociones introductorias.

Elementos para empezar a interesarse.

Elementos para empezar a trabajar.

Elementos que despierten su imaginación y
especialmente su voluntad de probar, para luego ir reflexionando
y perfeccionando, es decir, formándose.

Técnicas aplicadas.

Psico-educación.

Entrenamiento en habilidades.

Específico duales.

Relajación.

Técnicas de afrontamiento ansiedad.

Técnicas de mejora auto-estima.

Técnicas de rehabilitación
cognitiva.

Psicoterapias individuales de apoyo.

Psicoterapias grupales.

Técnicas psico-educativas.

Proporcionar información actualizada sobre
enfermedad, medicación, efectos secundarios,
etc.

Actuación ante recaídas.

Promover conciencia de enfermedad.

Disminuir incumplimiento.

Promover autonomía ante enfermedad.

Mejorar la relación con personal
sanitario.

Reuniones grupales.

La discapacidad es un problema que afecta a la sociedad
en general, no solo a la persona que lo padece. No se debe
confundir con minusvalía que es la desventaja con
la que cuenta un individuo para el desempeño de un rol
normal, ya sea por las discapacidades, ya por la falta de
ambientes promovidos socialmente (OMS, Génova,
1985).

Para que una persona pueda desempeñar un rol en
una situación determinada de manera normal son necesarias
4 cosas:

  • Habilidad instrumental (saber
    hacerlo).

  • Habilidad cognitiva – motivación
    (querer hacerlo).

  • Autoestima (creer que se puede
    hacer).

  • Ocasión para hacerlo (poder
    hacerlo).

Shepherd, Wing y Morris describen tres niveles de
discapacidad del enfermo mental (69):

  • Discapacidad primaria, referida al defecto
    producido por los síntomas de la
    enfermedad.

  • Discapacidad secundaria o
    hándicaps asociados a la experiencia de
    enfermedad o más claramente, "reacciones personales
    adversas" a la enfermedad.

  • Discapacidad terciaria: derivada de la
    respuesta social a la enfermedad y la
    discapacidad.

El paciente crónico experimenta una
pérdida progresiva de capacidad de desempeño de
roles o discapacidad por 2 motivos:

– Debido a sus deterioros de la enfermedad en si,
y

– Debido a las minusvalías sociales a las que es
sometido por sus discapacidades

Ejemplificando esto con la que es la enfermedad mental
paradigmática por excelencia, la esquizofrenia; en esta se
da el deterioro debido a los síntomas positivos
(alucinaciones, agitación psicomotora, etc.) y negativos
(apatía, perdida de la capacidad de relacionarse con los
demás, alogia, etc.) junto con el estigma social, miedo a
la agresividad, incomprensión de la enfermedad por parte
de familia y sociedad.

Muchas veces, la discapacidad no proviene de la falta de
destreza o habilidad instrumental, sino de una falta real de
motivación, autoestima o capacidad de afrontamiento del
estrés, que les lleva a la inactividad para afrontar
situaciones sociales habitualmente generadoras de
tensión.

Es sabido que actualmente los índices de
trastornos en la salud mental han aumentado considerablemente, en
especial en las grandes capitales en donde las exigencias
laborales y económicas provocan altos grados de
estrés en la población (69).

Es importante tener presente que no todas las
enfermedades de la salud mental redundan en una discapacidad. En
general, muchos de los trastornos mentales o psicológicos
– la depresión, los trastornos de angustia y de
pánico, las neurosis, entre otros- se mejoran mediante los
tratamientos psiquiátricos y
farmacológicos.

Mitos y creencias acerca de las
enfermedades

Los prejuicios existentes en torno a las personas con
discapacidad psiquiátrica constituyen uno de los
principales obstáculos para su integración social y
a la vez, causa de discapacidad. Por ello, la eliminación
de mitos y creencias es fundamental para mejorar sus opciones de
normalización e inserción.

Si bien es cierto que la mayoría de las creencias
que la sociedad mantiene sobre estas personas proviene de
situaciones reales que se daban en los escenarios antiguos de
esta discapacidad, también es cierto que gracias a los
nuevos paradigmas, parte importante de las características
negativas de las personas con discapacidad psíquica se han
superado.

Entre estas creencias que hoy se han logrado superar o
eliminar, se encuentran:

  • Que son incapaces.

  • Que son agresivas.

  • Que son desequilibradas.

  • Que son hiperactivas.

  • Que tienen que estar encerradas.

  • Que están medicadas.

  • Que son pasivas.

  • Que no pueden trabajar.

  • Que su vida emocional y sexual están
    limitadas.

En resumen, las salas de crónicos alojan usuarios
que no están supuestos a abandonar la Unidad a no ser que
fallezcan, ya que los hemos institucionalizado. El promedio de
estancia varía desde un par de años hasta casi
medio siglo en el Hospital. Las causas del internamiento incluyen
abandono social, orden del juez, imposibilidad de ser
reinsertados y en algunos casos falta de beligerancia de la
institución.

Todo lo anterior confluye en la cronificación del
paciente, por lo cual la labor de rehabilitación
psico-social reviste una prioridad de primer orden. Sin embargo,
como se mencionó previamente, a pesar de haber esfuerzos
aislados la mayoría fracasan por la falta de
organización y dirección. Para fines de este
estudio, se tomará como labor en rehabilitación la
presencia de toda nota que haga alusión a la discapacidad
que se está trabajando y la técnica empleada para
tal fin. La nota puede ser elaborada por cualquier integrante del
equipo técnico, ya sea Psiquiatría,
Psicología, Trabajo Social, Rehabilitación o bien
Enfermería.

La discapacidad en América
Latina.

Es un tema complejo, de enorme repercusión social
y económica, pero del que se carece de datos fehacientes.
Los estudios estadísticos son escasos, están
desactualizados y son poco precisos; por ello, el trabajo en
políticas o programas relacionados con la discapacidad se
basa en datos estimados y, en ocasiones, bastante alejados de la
realidad de los países. En el cuadro siguiente se observa
rangos entre 6.8% hasta 31%, Nicaragua aparece con 12.12%
(70)

La discapacidad en América
Latina

Monografias.com

Fuente: Banco Interamericano de
Desarrollo. Informe. Chile: BID, 2001.

CAPITULO II:

Diseño

2.1. DISEÑO METODOLOGICO.

2.1.1. TIPO DE ESTUDIO:

  • Descriptivo.

  • Transversal.

  • Prolectivo.

2.1.2. AREA DE ESTUDIO: Rehabilitación en
Psiquiatría.

2.1.3. LUGAR DE REALIZACION DE LA
INVESTIGACION:

Salas de Larga Estancia del Hospital Docente de
Atención Psico Social "Dr. José Dolores Fletes
Valle".

2.1.4. UBICACIÓN:

Kilómetro 5 de Carretera Sur, en la ciudad de
Managua, capital de la Republica de Nicaragua.

2.1.5. INSTITUCION:

Ministerio de Salud de la Republica de
Nicaragua.

2.1.6. PERÍODO:

Octubre de 2008 a Noviembre de 2008.

2.1.7. UNIVERSO:

Todos los pacientes ingresados en las Salas de Larga
Estancia del Hospital Psico Social durante el periodo del
estudio.

2.1.8. MUESTRA:

La muestra seleccionada fue no probabilística por
conveniencia.

  • CRITERIOS DE INCLUSION:

  • Pacientes ingresados en las Salas de Larga Estancia
    del Hospital Psico Social.

  • CRITERIOS DE EXCLUSION:

  • Pacientes que no se encontraran físicamente
    en nuestra Unidad al momento del estudio (permisos, traslados
    a otras Unidades, etc).

2.2. TECNICAS Y PROCEDIMIENTOS.

Para obtener la información se procedió a
realizar los siguientes pasos:

  • 1. Aplicación del instrumento de
    recolección de la información (Escala
    WHO/DAS).

  • 2. Revisión de Expedientes
    Clínicos de los pacientes en estudio.

  • 3. Entrevistas a familiares y a los propios
    pacientes si su estado mental lo permitía.

2.2.1. PLAN DE TABULACION Y ANALISIS.

Para procesar los datos se procedió a:

A todos los pacientes que se ingresados a los pabellones
de larga estancia y que cumplieran con los criterios establecidos
para el estudio, se les llenó el formato de discapacidad
WHO-DAS.

DESCRIPCIÓN DEL FORMATO
UTILIZADO PARA LA ENCUESTA

En el presente trabajo se utilizo la Escala de
discapacidad de la Organización Mundial de la Salud, (71)
que es una herramienta sencilla diseñada para la
valoración de las limitaciones en los enfermos
psiquiátricos graves. Sirve para evaluar el nivel de
dependencia y/o deterioro que ha provocado una enfermedad en el
paciente en el contexto en donde se desarrolla.

Se enmarca dentro de la iniciativa de la OMS de
desarrollar una Clasificación Internacional de
Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM)2
sí como instrumentos para la cuantificación de las
mismas. La escala es hetero administrada y consta de 7
acápites:

El primero explora la valoración temporal, que
puede ser el momento actual, el último mes, el
último año u otro periodo de tiempo decidido por el
entrevistador. Para nuestro estudio a todos los pacientes se les
evaluó el último año.

Los cuatro siguientes valoran cuatro áreas
específicas de funcionamiento.

  • 1. Cuidado personal: se refiera a la
    evaluación del mantenimiento de la higiene personal,
    forma de vestirse (con o sin ayuda), forma de alimentarse, es
    decir, actividades personales diarias.

  • 2. Funcionamiento ocupacional:
    evalúa el funcionamiento esperado en tanto en
    actividades remuneradas, como labores hogareñas,
    acordes con el nivel socioeconómico del paciente, su
    escolaridad y origen.

  • 3. Funcionamiento familiar: este
    acápite evalúa si el paciente tiene un nivel de
    interacción esperado con sus cónyuges, hijos, y
    otros familiares, siempre en el contexto en el que vive.

  • 4. Funcionamiento en el contexto social
    general:
    valora si el paciente realiza actividades como
    miembro se su comunidad, es decir, fuera de su núcleo
    familiar. Por ejemplo si participa en actividades
    recreativas, culturales, deportivas, etc.

Se evalúan mediante una escala de 6 puntos, que
va desde 0 (ninguna discapacidad) hasta 5 (discapacidad
máxima) y se establecen criterios precisos para cada uno
de los puntos. En el siguiente apartado se valora la
duración de la discapacidad.

Por último, se consideran las capacidades
específicas de los pacientes que puedan tener relevancia
para el cuidado del paciente. En nuestro caso solo se
encontró fuerza física.

Se obtiene una puntuación de discapacidad total y
cuatro independientes, una por cada una de las discapacidades
concretas estudiadas. O existen puntos de corte propuestos. A
mayor puntuación, mayor grado de discapacidad.

2.2.2 Operacionalización de las
variables

VARIABLE

DEFINICIÓN

INDICADOR

VALOR

EDAD

Tiempo transcurrido en años
desde el nacimiento hasta la fecha de la
encuesta

Edad seleccionada por el
usuario

  • 15 – 34
    años.

  • 35 – 49
    años.

  • 50 a más.

Sexo

Características
físicas distintivas entre el hombre y la
mujer

Sexo plasmado en el
expediente.

  • F (femenino).

  • M (masculino).

Estado civil

Estado civil al momento del estudio
referido por el paciente, familia o escrito en el
expediente clínico.

Soltero

Casado

Acompañado

Separado

Escolaridad

Conjunto de los cursos que un
estudiante sigue en un centro educativo

Ninguno

Primaria

Secundaria

Universidad

Técnico

  • Analfabeto.

  • Primaria Completa.

  • Primaria Incompleta.

  • Secundaria completa.

  • Secundaria.
    Incompleta.

  • Estudios
    técnicos.

  • Estudios Univ.

Procedencia

Lugar de origen del paciente, donde
acostumbra vivir, referido por el paciente, familia o
escrito en el expediente clínico.

Rural

Urbano

Religión

Relación del Hombre con lo
Divino.

Religión profesada por el
Individuo.

  • Católica.

  • Evangélica.

  • Otra.

  • Ninguna.

  • Desconocida.

Notas de
rehabilitación

Evidencia escrita de algún
tipo de intervención orientada a la
rehabilitación en el expediente
clínico.

Presencia de notas que hagan
referencia a la evolución del paciente dentro del
proceso rehabilitativo

  • Notas del Departamento de
    Rehabilitación.

  • Notas del Departamento de
    Psicología.

  • Notas del Departamento de Trabajo
    Social.

  • Ausencia de notas.

NIVEL DE
DISCAPACIDAD

Escala WHO/DAS de actividades de la
vida diaria.

Escala internacional que mide las
actividades de la vida diaria de un paciente.

Áreas específicas de
funcionamiento a evaluar:

  • Cuidado personal.

  • Funcionamiento
    ocupacional.

  • Funcionamiento
    familiar.

  • Funcionamiento en el contexto
    social amplio.

Ausencia de disfunción (0): El
funcionamiento del paciente está de acuerdo con la
norma de su grupo de referencia ó con su entorno
sociocultural.

Disfunción obvia (2):
Desviación de la norma importante y
disfunción que interfiere con el ajuste social. Como
mínimo existe una disfunción que persiste
prácticamente todo el tiempo. Pueden aparecer
disfunciones más graves pero solamente durante unos
pocos días.

Disfunción grave (3): Marcada
desviación de la norma en casi todas las
áreas que persiste más de la mitad del
tiempo.

Disfunción muy grave (4):
Desviación importante de la norma en todas las
áreas que persiste casi todo el tiempo. Puede ser
necesaria la acción externa para mejorar o controlar
la situación (en función del juicio del
evaluador) pero no es necesario que se haya llegado a ello
para colocar esta puntuación.

Disfunción máxima (5): La
desviación de la norma ha alcanzado un punto
crítico. Puede ponerse en peligro la propia
existencia del paciente, su vida social o la vida de los
demás. Se hace necesaria algún tipo de
acción o de intervención social.

CAPITULO III.

Resultados

La Tabla No. 1 nos muestra que el grupo etáreo
predominante fue el de los mayores de 50 años, alcanzando
el 45% de la muestra. Un poco más atrás se
ubicó el grupo con edades entre los 35 y los 49
años con un 33% del total y finalmente aquellos con edades
oscilando entre los 15 y los 34 años de edad (22
%).

En lo relativo al sexo, como podemos ver en la Tabla No.
2 hubo un predominio de los hombres con 32 casos (53 %) sobre el
grupo de las mujeres, que sumaron 28 casos (47 %).

Acerca del nivel escolar alcanzado, la Tabla No. 3 nos
indica que la gran mayoría de los entrevistados son
analfabetas, con un 53% (32 casos) del total. Un poco más
atrás encontramos a los que no terminaron la primaria (28
%) y finalmente 5 pacientes que no terminaron la secundaria (8
%). De los que lograron concluir algún nivel de
educación establecido encontramos 1 caso (2 %) que
terminó la primaria, 4 bachilleres (7 %) y un
técnico medio para el restante 2 % de la serie.

La Tabla No. 4 evidencia que la práctica
totalidad de los casos (58 pacientes para un 97 %l) tienen un
estado civil catalogado como de solteros, siendo los dos casos
restantes uno casado (1.5 %) y uno divorciado (1.5 %).

Hablando del sitio de procedencia, la Tabla No. 5 nos
dice que el 75 % de los pacientes (45 casos) provienen del
área urbana mientras el restante 25 % (15 casos) lo hace
del área rural.

En el apartado de la religión, el 40 % de los
encuestados (24 casos) profesa la fe católica, seguidos de
un 5 % (3 casos) que se decantan por la evangélica, un 2 %
que prefiere otra religión y un 5 % que se declara
agnósticos. Es importante anotar que en el 47 % de los
casos se desconoce la preferencia religiosa de los pacientes. Ver
Tabla No. 6.

Llegando al tema de la evidencia de algún tipo de
intervención orientada a la Rehabilitación
Psiquiátrica, la Tabla No. 7 indica que a nivel global se
encontró dicha presencia en el 68 % de los expedientes (41
casos), desglosándose éstas en 24 notas para el
pabellón de varones (cobertura del 75 %) y 17 notas para
el pabellón de mujeres (cobertura del 61%).

Siempre en la Tabla No. 7, observamos que la
autoría de las Notas de Rehabilitación para el
Pabellón de Varones fue de la siguiente manera:
Psicología con una cobertura del 50 % de los casos,
Trabajo Social con el 59 % y el Departamento de
Rehabilitación con un 25 % de presencia en los expedientes
clínicos.

En lo que al Pabellón de Mujeres concierne, la
cobertura de Psicología fue del 29 % (8 casos), la de
Trabajo Social del 50 % (14 casos) y finalmente la del
Departamento de Rehabilitación de un 3,6 % (1
caso).

Como se mencionó al inicio, el período
cubierto para la aplicación de la escala fue el del
último año para el 100 % de los casos. De igual
forma, se determinó la duración de la discapacidad
como de un año o más para la totalidad de los
encuestados.

Como hallazgo casual se determinó que el 75 % de
los encuestados (45 casos) no recibían visita de
ningún tipo, ni de amigos ni familiares. El restante 25 %
(15 casos) reciben algún tipo de visita aunque sea de
manera muy esporádica.

En la tabla No. 8 podemos observar que el 97 % de los
varones y el 100 % de las mujeres presentaron algún grado
de afectación en el área de Auto cuido Personal,
siendo las discapacidades intermedias (73,3 %) las mas
prevalentes.

En lo referente al área Educacional y
Ocupacional, la Tabla No. 9 arroja resultados idénticos
con 100 % de las mujeres afectadas y 97 % de los varones, con las
discapacidades intermedias como las predominantes.

Las Tablas No. 10 y 11 reflejan resultados
idénticos en porcentaje de hombres y mujeres afectados y
en el grado de discapacidad predominante.

CAPITULO IV:

Discusión

No es sorprendente que la mayoría de los
pacientes sean mayores de 50 años, ya que como se
mencionó al inicio hay una marcada tendencia en nuestro
Hospital a cronificar a los pacientes de las Salas de Agudos, e
inveterar a los ingresados en las Salas de crónicos. De
igual forma, debemos considerar que los pacientes de las salas de
larga estancia son llamados "Institucionalizados", es decir,
residen permanentemente en la Unidad, y no están supuestos
a abandonarla, a no ser que fallezcan.

Tampoco sorprende el hecho de que los hombres predominen
en número sobre las mujeres, ya que resultados similares
se han obtenido en este tipo de estudios (Porras, G., 2008). Esto
quizás se podría explicar por la naturaleza de las
enfermedades mentales que afectan a cada género, o por la
idiosincrasia del nicaragüense que tiende a proteger
más a la mujer y dejar desvalido al hombre (Noguera Navas,
experiencia personal en hospital Psicosocial, 2007 –
2008).

Esta protección relativa hacia las mujeres, no
obstante, debe ser entendida desde el punto de vista riesgo
– utilidad, ya que es más probable que las mujeres
con discapacidad mental desarrollen actividades domésticas
de toda índole mientras que los varones por su mismo vigor
físico son más temidos por la familia, ya que en
momentos de descompensación suelen ser más
agresivos. Es llamativo que a pesar de todos los avances que se
han dado en los últimos tiempos en el campo de la salud
mental y os problemas de género, éste tipo de
situaciones aún se presenten.

En concordancia con lo encontrado por otros
investigadores, el nivel escolar es preocupantemente bajo entre
los pacientes con algún tipo de discapacidad mental.
Quizás por lo deteriorante de las enfermedades mentales o
por el abandono mismo y discriminación a que son
generalmente sometidos.

Por lo anterior, no es extraño que la
práctica totalidad de los encuestados (58 casos) sean
solteros, ya porque nunca iniciaron una relación por su
discapacidad, o bien porque la perdieron al momento o durante la
aparición de la misma. Un ejemplo más de las
consecuencias insospechadas de la discapacidad mental.

Como es bien sabido, el Hospital Docente de
Atención Psicosocial es una Unidad única en su
clase en nuestro país, por lo cual su acceso podría
verse limitado para los usuarios procedentes del área
rural. Eso podría explicar el por qué el 75 % de
los encuestados provienen del área urbana.

Aunque no es parte de los objetivos de éste
estudio, se determinó que un buen porcentaje de los
pacientes (75 %) han sido abandonados a su suerte por la familia
en el hospital y otra parte considerable han sido remitidos de
Instituciones benéficas o asilos (Noguera Navas,
experiencia personal en hospital Psicosocial,
2007–2008).

Lo anterior resulta en que desconozcamos de los
pacientes incluso la religión que profesan (47 % de los
casos). Más preocupante aún es el hecho de que los
mismos pacientes no sean capaces de brindarnos dicho dato, lo
cual es un reflejo de su grado de discapacidad.

En contraste con lo obtenido por Noguera Navas en su
estudio de 2007, la presencia de evidencia escrita de
algún tipo de intervención en
rehabilitación, disminuyó del 84 % al 68 %. Es
aún más alarmante aun, el hecho de que la cobertura
del departamento de Rehabilitación descendió del 18
% al 15 % (9 casos) para la misma población. Cabe
mencionar que el 89 % de dichas intervenciones (8 casos), el
Departamento de Rehabilitación las realizó en la
Sala de varones, y solo un caso en la Sala de mujeres.

A pesar de lo similar de los resultados, hay una
percepción subjetiva de que las necesidades de
intervención en rehabilitación son mayores para la
Sala de Mujeres que para la Sala de Varones.

Para las cuatro áreas del funcionamiento
evaluadas, los resultados similares en cuanto a porcentaje de
afectados y grado de discapacidad predominante vienen a confirmar
lo sólido del estudio, ya que la uniformidad de lo
obtenido es un reflejo fiel del estado actual de los encuestados.
Tales resultados concuerdan con los obtenidos en el diagnostico
levantado en las Salas de Agudos de la misma Institución
en el año 2007, en el cual se encontró que 4 de
cada 5 pacientes presentaban algún grado de discapacidad
(Porras, G., 2007).

El llamado de alerta es claro: si no intervenimos a
tiempo para evitar la cronificación del paciente,
éste avanzará lenta e inexorablemente hacia el
deterioro en todas las Áreas del
Funcionamiento.

No se intentó relacionar las variables socio
demográficas con el tipo o grado de discapacidad ya que en
estudios previos no se obtuvo resultados significativos al
hacerlo, pues la información es muy dispersa (Porras, G.,
2007).

Se han cumplido todos los objetivos del estudio, siendo
el principal el diagnóstico de la situación actual
para proceder a la elaboración del Protocolo de
Rehabilitación en Salud Mental de nuestra
Unidad.

CAPITULO V:

Conclusiones

  • La mayor parte de los pacientes ingresados en las
    Salas de larga estancia del hospital Psicosocial son varones,
    mayores de 50 años y solteros.

  • El analfabetismo es predominante es más de la
    mitad de los casos, así como la procedencia del
    área urbana.

  • La religión predominante es la
    católica, aunque en casi la mitad de los casos se
    desconoce la fe profesada por los pacientes.

  • La presencia de intervenciones de
    rehabilitación en salud mental ha disminuido en
    relación a la obtenida en un estudio
    anterior.

  • La totalidad de los pacientes presentan al menos
    algún tipo de discapacidad en las diferentes
    Áreas del funcionamiento.

  • La presencia del Departamento de
    Rehabilitación es prácticamente exclusiva para
    el Pabellón de Varones.

  • No existe evidencia de la participación del
    Personal Médico en las actividades de
    Rehabilitación.

CAPITULO VI:

Recomendaciones

  • 1. Continuar con el desarrollo del Plan Maestro
    para la elaboración del Protocolo de
    Rehabilitación en Salud Mental del Hospital Docente de
    Atención Psicosocial.

  • 2. Garantizar la equidad de atención de
    parte del Departamento de Rehabilitación a todos los
    pacientes, sin distingo de sexo ni del tipo o nivel de
    discapacidad que presente.

  • 3. Promover la participación del
    personal médico en las actividades de
    rehabilitación.

CAPITULO VII.

Referencias
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  • Partes: 1, 2, 3
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